Imagínate esto: en las afueras de la expansión urbana de Los Ángeles, un gigantesco paso elevado de color verde cruza una autopista de diez carriles con un tráfico intenso. Arriba, un puma cruza la carretera sin ser visto. Innumerables coches pasan por debajo mientras el depredador avanza, sin ser molestado, hacia las montañas del otro lado de la autopista.
Esta es la visión del Wallis Annenberg Wildlife Crossing, un gigantesco puente de 87 millones de dólares que se está construyendo en Agoura Hills, a las afueras de Los Ángeles. Una vez terminado, el puente será el mayor paso de fauna salvaje del mundo. Está diseñado para que animales como los emblemáticos pumas de Los Ángeles, junto con otras muchas especies, desde lagartos a linces, puedan desplazarse sin obstáculos entre hábitats separados por una autopista.
En un mundo en el que las zonas silvestres y los hábitats intactos están cada vez más fragmentados, la creación de corredores ecológicos es una parte crucial, y cada vez mayor, de la conservación mundial.