Kin, salvando a la selva
Los Lacandones son un grupo indígena maya que habita la Selva Lacandona de Chiapas, al sur de México. Son un pueblo agricultor y artesano, con creencias religiosas politeístas y cuya cosmovisión de la naturaleza los hace pedir permiso a sus dioses para utilizar los recursos naturales y cuidar de la biodiversidad como si cuidaran de sus deidades. Nahá y Metzabok son las dos comunidades donde habitan los lacandones del Norte, dentro de Áreas Naturales Protegidas (ANP), ahora rodeadas por otros grupos indígenas que no comparten la misma cosmovisión.
Es Kin, de 58 años, quien nos cuenta que “sin selva no hay oxígeno, no hay abono para la tierra, no hay agua, no hay lluvia”. A él su padre le enseñó que hay que cuidar de la selva para que las generaciones futuras la conozcan, que la selva debe mantenerse limpia y pura, que la selva es lo único que tienen. Así que Kin se ha encargado de pasar esas enseñanzas a sus hijos y a sus nietos; ésta es la manera en que fueron educados todos los habitantes de Nahá, con la idea de evitar la destrucción de la Selva Lacandona debida a la expansión de la frontera agrícola y ganadera.
Kin cuenta que en los últimos años los patrones de lluvia en Nahá han cambiado: algunos años casi no llueve y otros llueve torrencialmente hasta inundar sus milpas. Esto ha causado que el maíz no produzca elotes o que pierdan sus cosechas enteras. El conocimiento maya transmitido a Kin le ha enseñado que la falta de lluvia se debe a la escases de árboles, a la deforestación.
En 2002, 22 lacandones decidieron formar una cooperativa y crear el Centro Ecoturístico Nahá como alternativa económica a la agricultura. Desde su fundación hasta hoy en día, Kin ha sido el presidente de la cooperativa y del centro ecoturístico.
El Centro Ecoturístico Nahá fue levantado en zonas que antes habían sido utilizadas para la agricultura y que ya no tenían vegetación selvática. El Centro Ecoturístico ayuda económicamente a la comunidad, donde además venden las artesanías que fabrican a partir de materiales obtenidos de la selva, materiales que ocupan concienzudamente.
También son un pueblo agricultor que siembra maíz, yuca, camote y otros productos para su propio consumo principalmente, así como para la venta en menor proporción. Sin embargo, su sistema de agricultura permite a los suelos conservar sus nutrientes y permite la regeneración de la vegetación, pues las parcelas son trabajadas por un periodo de dos años seguidos de dos años de descanso.
La selva es culturalmente importante para los lacandones. La caoba y el canchán rigen su calendario pues la época de siembra de maíz inicia con la caída de sus flores. La ceiba es considerada el corazón de la selva por lo que se le hacen ofrendas y ceremonias para pedir lluvia, para que corra el viento, para que sus hojas proporcionen abono a las tierras. Debido a la importancia que tiene este árbol, una de las principales acciones de Kin ha sido la reintroducción de este árbol en la región, pues en Nahá solamente queda un árbol adulto.
A raíz de la construcción del centro, Kin ha encabezado acciones de reforestación y, junto con los miembros de la cooperativa, ha ido restaurando zonas deforestadas con los árboles de la región (caoba, canchán, corcho negro, chico zapote, entre otros). A través de la colecta de semillas y su cuidadosa germinación, hoy en día muchos de los territorios que fueron deforestados son acahuales a los que llegan faisanes, loros, venados y jaguares, animales que ya no se veían en esos territorios.
A través de los años, algunos socios de la comunidad han perdido la fe en el proyecto; sin embargo, Kin ha seguido adelante y el proyecto sigue en pie gracias a su perseverancia. Su trabajo no se limita a su comunidad y ha entablado diálogos con comunidades vecinas para que se sumen a la acción de conservación de la vegetación, de la fauna y del agua. Los habitantes de Nahá, al igual que los de Metzabok, notaron que la remoción de la cubierta vegetal en las partes altas de la montaña ocasionaba fuertes inundaciones que se agravaban por irregularidades en los patrones de lluvia, y que además el área sufría de cacería. Por ello, decidieron acercarse al gobierno federal para solicitar que la zonas se protegieran. Fue así que en 1998 Nahá y Metzabok fueron decretaras áreas naturales protegida (ANP), bajo la categoría de Área de Protección de Flora y Fauna.
En el Centro Ecoturístico Nahá la gente puede hacer recorridos por la selva a través de senderos trazados, puede observar ceremonias del pueblo lacandón y aprender de su cultura, puede visitar las lagunas y admirar la belleza natural. A su vez, Kin y el resto de su comunidad tienen la oportunidad de conservar la selva, aprovechar sus recursos sostenidamente y transmitir su conocimiento y amor por la naturaleza.
Kin asegura que desde la creación del Centro Ecoturístico “la selva se ha puesto más bonita, hay más árboles, hay más animales… parece montaña de nuevo”. Kin quiere seguir transmitiendo su experiencia con las comunidades vecinas para que todos se sumen a la acción de conservación y entiendan que la selva debe ser cuidada para que provea.