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Resumen informativo

Conflictos humano-vida silvestre

  • La fauna silvestre puede amenazar la seguridad y los medios de vida de las personas, lo que puede dar lugar a conflictos entre grupos de personas sobre cómo resolver la situación; los expertos llaman a esto "conflicto humano-vida silvestre".
  • Los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre son cada vez más frecuentes, graves y generalizados a medida que crecen las poblaciones humanas y se pierden hábitats.
  • La gestión eficaz de los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre protege a las comunidades, impide que los conflictos se agraven, fomenta la confianza en la conservación y evita las represalias contra la vida silvestre.
  • Los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre tienen características ecológicas, culturales, sociales, históricas, físicas, económicas y políticas únicas que las estrategias para gestionar los conflictos deben tener en cuenta.

Junio 2022

¿Cuál es el problema?

La vida silvestre puede suponer una amenaza directa para la seguridad, los medios de vida y el bienestar de las personas. Por ejemplo, cuando los elefantes se alimentan de los cultivos, las focas dañan las redes de pesca o los jaguares matan al ganado, las personas pueden perder sus medios de vida. A menudo se producen represalias contra las especies culpables.

Tradicionalmente, el término conflictos humano-vida silvestre se ha aplicado únicamente a estas interacciones negativas entre las personas y la fauna, pero esto implica una acción deliberada por parte de las especies silvestres e ignora los conflictos entre grupos de personas sobre lo que debería hacerse para resolver la situación.

El Grupo de Especialistas en Conflictos y Coexistencia Humano-Vida Silvestre de la Comisión para la Supervivencia de Especies (CSE) de la UICN define los conflictos entre personas y vida silvestre como:las controversias que surgen cuando la presencia o el comportamiento de la vida silvestre representa una amenaza, real o percibida, directa y recurrente para los intereses o las necesidades humanas, generando desacuerdos entre grupos de personas e impactos negativos en las personas y/o la vida silvestre.

Los conflictos humano-vida silvestre son cada vez más frecuentes, graves y generalizados debido al crecimiento de la población humana, la expansión agrícola, el desarrollo de infraestructuras, el cambio climático y otros factores de pérdida de hábitat. Estos conflictos pueden producirse en cualquier lugar en el que se superpongan las poblaciones de animales silvestres y las de seres humanos, por lo que cualquier factor que los obligue a estar en contacto más estrecho hace que los conflictos sean más probables.

Gran parte de los trabajos realizados hasta la fecha se han centrado en intervenciones para reducir los impactos sobre las personas y las represalias contra la fauna, como la creación de barreras, el despliegue de elementos disuasorios o el traslado de la fauna.

En ausencia de procesos de consulta y colaboración con las partes interesadas, estas medidas suelen tener un éxito limitado.

James Stevens

¿Por qué es importante?

Los ecosistemas sanos y los servicios vitales que prestan a las personas dependen de la vida silvestre. La gestión de los conflictos humano-vida silvestre es, por tanto, crucial para lograr la Visión de la ONU sobre la Biodiversidad 2050, en la que "la humanidad vive en armonía con la naturaleza y en la que la vida silvestre y otras especies vivas están protegidas".

Los conflictos humano-vida silvestre tienen graves consecuencias para los medios de subsistencia, la seguridad y el bienestar de las comunidades, y corren el riesgo de socavar los esfuerzos de conservación al erosionar el apoyo a las áreas protegidas, la fauna silvestre y la biodiversidad.

Las represalias contra la vida silvestre pueden suponer una grave amenaza para la supervivencia de una especie y revertir los avances anteriores en materia de conservación.

Por ejemplo, los lobos, los osos y otros grandes carnívoros se están recuperando en toda Europa, lo que provoca tensiones sobre cómo gestionar su presencia, que es bienvenida por algunos y percibida como un riesgo para la seguridad y los medios de vida por otros.

¿Qué se puede hacer?

El conflicto humano-vida silvestre se reconoce como una preocupación mundial en el del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas

(que será adoptado por las Partes en la segunda parte de la COP15 del CDB). En relación con esto, muchos gobiernos están empezando a incluir la gestión de los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre en las políticas y estrategias nacionales para garantizar que se disponga de recursos para gestionarlos.

Existen para reducir los daños o los impactos, rebajar las tensiones, abordar los riesgos para los ingresos y la pobreza, y desarrollar soluciones sostenibles.

A veces se trata de barreras (vallas, redes, trincheras), sistemas de vigilancia y alerta temprana, elementos disuasorios y repelentes (sirenas, luces, colmenas), translocación (traslado de la fauna), compensaciones o seguros, suministro de alternativas que reduzcan el riesgo, así como la gestión de las tensiones entre las partes implicadas en estas situaciones.

La planificación y la aplicación eficaces de estas medidas exigen tener en cuenta los buenos principios de la conservación dirigida por la comunidad, en colaboración con las comunidades afectadas.

Assam Haathi Project, Chester Zoo

La investigación ha demostrado que los conflictos son complejos y que cada situación tiene características ecológicas, culturales, sociales, históricas, físicas, económicas y políticas únicas.

Aunque resulta tentador trasladar directamente a una zona los planteamientos de reducción de daños (por ejemplo, vallas, barreras) que parecen útiles en otra, éstos sólo tienen éxito si se consiguen mediante procesos de consulta y colaboración con las partes interesadas.

Puede haber presiones para encontrar "soluciones rápidas" a los conflictos entre el hombre y la fauna, pero las acciones que no tienen en cuenta los contextos sociales y locales más amplios pueden tener consecuencias no deseadas y aumentar las tensiones.

Esto puede convertirse en divisiones más profundas en las que las partes interesadas perciben que el conflicto sobre la vida silvestre amenaza sus valores o su identidad. Estas situaciones son muy difíciles de resolver. En las tensiones por los lobos en algunas partes de Norteamérica, por ejemplo, la relación entre las partes interesadas se ha deteriorado hasta convertirse en un conflicto profundamente polarizado. En estos casos, se necesitan procesos profesionales de mediación y reconciliación (como los utilizados en la construcción de la paz).

Zimmermann et al. 2020

Los esfuerzos para evaluar y gestionar los complejos conflictos humano-vida silvestre requieren la colaboración de varias disciplinas y sectores. Por ejemplo, en las colaboraciones podrían participar profesionales de la conservación, líderes comunitarios, gobiernos, investigadores, empresas y otras partes interesadas; y se necesitan conocimientos de ecología, psicología social, economía, construcción de la paz y derecho ambiental.

¿Dónde puedo obtener más información?

Grupo de Especialistas en Conflictos y Coexistencia Humanos-Vida Silvestre de la CSE de la UICN:
- biblioteca de recursos

- documentos informativos

- orientación

ϲʿֱֳ Resolution WCC-2020-Res-101 Addressing human-wildlife conflict: fostering a safe and beneficial coexistence of people and wildlife

ϲʿֱֳ (2020) ϲʿֱֳ SSC Position Statement on the Management of Human-Wildlife Conflict: