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Sin lugar a dudas, los pueblos indígenas son un actor imprescindible en la conservación de la diversidad biológica del planeta.�� Sin desconocer el papel de la colectividad, es importante destacar que las mujeres indígenas tienen una función relevante en la conservación. Diversos informes y estudios han evidenciado que “Las mujeres indígenas son las guardianas de un acervo colectivo de conocimientos científicos y capacidades técnicas relacionados con la alimentación y la agricultura, la salud y la medicina, la gestión de los recursos naturales, las pautas climáticas, el lenguaje, los tejidos, las artes, las artesanías y las prácticas espirituales”.�� De igual forma, está documentado que el papel de las mujeres indígenas es fundamental en la lucha contra el cambio climático.

Correlativamente, las mujeres indígenas son severamente afectadas con la pérdida de diversidad, con lo que, de igual manera, se afecta la transmisión de conocimientos a las generaciones jóvenes, y, por ende, la cultura.�� Esta situación es agravada por factores como el patriarcalismo, el machismo, el clasismo y racismo, que a su vez están generando diferentes formas de violencia y discriminación contra las mujeres indígenas.

Ahora bien, las mujeres indígenas no solamente ejercen un rol en el entorno familiar y comunitario, sino que también se han destacado como autoridades y lideresas, defensoras de derechos de su pueblo y de la Madre Tierra, lo cual ha llevado a que varias lideresas hayan sido asesinadas o sufrido otras situaciones de violencia.

Instrumentos como la Recomendación General número 39 de la CEDAW, dan cuenta de la estrecha relación de las mujeres indígenas con el territorio y de su papel clave como portadoras de los conocimientos y transmisoras de su cultura. Pero así mismo, dan cuenta de la discriminación intersectorial a la que se enfrentan las mujeres y niñas indígenas

No obstante, todo lo anterior, hasta la fecha, no se ha evidenciado a las mujeres indígenas en el proyecto de nuevo Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020 (MMDB), ya que no son mencionadas en la generalidad de los pueblos Indígenas ni tampoco son mencionadas en la generalidad de las mujeres.�� Lo mismo sucede en el borrador de Plan de Género, pues si bien, por una parte, este documento reconoce que las mujeres y niñas indígenas participan de manera integral en la conservación y que son sometidas a discriminación, por otra parte, dice que para facilitar la lectura del documento no se incluyen referencias específicas a mujeres y niñas indígenas. Sin embargo, con este tipo de fórmulas que pretenden la generalidad, para efectos prácticos se está desconociendo la diversidad y perpetuando las diferentes formas de discriminación y violencia a las que están sometidas.

Para avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres indígenas en relación con la conservación, es necesario entender que, si bien, la casi totalidad de las mujeres sufren discriminación y violencia, hay sectores de mujeres que las sufren mayormente, por lo tanto, la reivindicación de los derechos de las mujeres debe partir de reconocer la diferencia y la diversidad, y para este caso, el papel que juega cada una en la conservación, desde su lugar específico.

Recomendaciones

Con base en lo mencionado y con sustento, además, en las recomendaciones del Relator Especial del Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas y en la recién aprobada Recomendación General número 39 de la CEDAW es recomendable:

1. Evidenciar de manera expresa a las mujeres indígenas en el nuevo Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020 (MMDB), con acciones que permitan el desarrollo de indicadores y medición específica de las medias tomadas.
2. Incluir acciones específicas con pertinencia cultural, para las mujeres indígenas en el nuevo Plan de Género, con indicadores medibles.
3. Garantizar la participación de las mujeres indígenas en las negociaciones del Marco, su contenido y su posterior implementación y evaluación

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