Altiplano de Guatemala encuentra oportunidad para adaptarse al cambio climático en una especie amenazada
El cultivo del pinabete es promovido por el Instituto Nacional de Bosques (INAB), con el apoyo del proyecto Altiplano Resiliente, como una medida de adaptación en la región del altiplano, identificada como una de las más vulnerables al cambio climático.
Ciudad de Guatemala, Guatemala, 28 de septiembre, 2024 (UICN). Reducir la vulnerabilidad a la erosión y la escasez de agua son parte de los beneficios que podrían tener las comunidades del altiplano de Guatemala si incorporan el pinabete (Abies guatemalensis), en sus parcelas bajo la modalidad de sistemas agroforestales (SAF) o plantaciones.
En este contexto, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) en coordinación con el proyecto Altiplano Resiliente, liderado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), trabajan en la implementación de una serie de iniciativas orientadas a la promoción de sistemas agroforestales y recuperación de áreas degradadas, con el uso de esta especie.
Además, mediante su Programa de Pequeñas Donaciones, apoya campañas nacionales de sensibilización sobre la importancia de la conservación y el uso sostenible de la especie.
Especie amenazada
El pinabete (Abies guatemalensis) se encuentra catalogada como en peligro de extinción por la de la UICN y está incluida en el apéndice I del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
Guatemala realiza esfuerzos para su conservación, mediante la Ley Forestal (Decreto N° 101-96) en su artículo 34, la resolución N°120-98 emitida por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), la Estrategia Nacional para la Conservación del Pinabete (1998), actualizada en 2020, y el Acuerdo Gubernativo N°198-2014, “Reglamento para el Manejo de Plantaciones y Áreas Productoras de Semilla de Pinabete”.
Efectividad de los procesos de restauración con coníferas
De acuerdo con un análisis técnico de modelación de servicios ecosistémicos de la UICN, utilizando el software InVEST, las áreas restauradas con coníferas que se impulsan en el altiplano de Guatemala, a través de plantaciones, SAF o restauración, pueden reducir la erosión potencial hasta en un 24 % y disminuir la escorrentía superficial en un 38 %, para 2050, en comparación con escenarios en los que no se apliquen medidas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE).
A la fecha, mediante la implementación del proyecto Altiplano Resiliente, se han implementado y fortalecido un total de 157.78 hectáreas con la especie de pinabete (Abies guatemalensis).
Promoción del cultivo de pinabete
Intercambios de experiencias entre población maya dedicada a la agricultura y productores de árboles navideños de pinabete constituyen una de las estrategias impulsadas en el altiplano de Guatemala para la promoción de SAF, que incluyan al pinabete.
Por ejemplo, este trimestre se realizó un encuentro, orientado a la implementación de SAF, asociando especies nativas de pinabete y maíz, como medida de adaptación al cambio climático, en Pologuá, municipio de Momostenango, departamento de Totonicapán, con la participación de 27 personas dedicadas a la agricultura en la microcuenca Paquí, de la cuenca del río Motagua, 10 mujeres y 17 hombres.
Durante el evento, las personas participantes tuvieron la oportunidad de conocer las experiencias de productores de pinabete del Altiplano Occidental, en el establecimiento, producción, transformación y comercialización del pinabete, atendiendo dudas sobre el establecimiento de las plantas, el manejo de plagas y enfermedades, podas y los beneficios que se obtienen al sembrar el pinabete dentro de los cultivos de maíz.
“Aprendí que al asociar pinabete con maíz se reduce la pérdida y se mantienen la humedad del suelo, y que ambos cultivos se benefician del abono que se le incorpora a la milpa. El manejo del pinabete no requiere mucho tiempo y puedo continuar con mis actividades diarias y tendré más dinero”, indicó Rosenda Santos Vásquez, una de las participantes del intercambio.
Membresía de la UICN se suma a los esfuerzos de conservación
Desde hace más de una década CALMECAC, Fundación para el Desarrollo Integral del Hombre y su Entorno, organización Miembro de la UICN en Guatemala, promueve el fortalecimiento de la gobernanza y los instrumentos de política pública para la conservación y el manejo sostenible del pinabete.
También ha apoyado el establecimiento de 290 hectáreas bajo SAF (maíz-pinabete), y restauración y conservación de bosque natural con la especie, en alianza con el INAB y la Asociación Nacional de Pinabicultores de Guatemala (ANPROPIGUA).
Actualmente, en el marco del proyecto Altiplano Resiliente, se implementa una mediana donación, con la que se impulsa la actualización de la Estrategia Nacional para la Conservación del Pinabete, transversalizando acciones AbE, en beneficio de 1,740 hombres y 750 mujeres.
Todas estas acciones de promoción del cultivo del pinabete se vinculan y contribuyen con las políticas públicas vigentes en Guatemala como el Plan de Acción Nacional sobre Cambio Climático (PANCC); la ley para promover el establecimiento, recuperación, restauración, manejo, producción y protección de los bosques PROBOSQUE; y el Programa de Incentivos Forestales para Poseedores de Pequeñas Extensiones de Tierra de Vocación Forestal o Agroforestal (PINPEP).
Proyecto de adaptación
Desde 2020, el proyecto Altiplano Resiliente implementa acciones para reducir el impacto del cambio climático en el ciclo hidrológico de las cuencas del altiplano guatemalteco, para aumentar la resiliencia del ecosistema y las poblaciones locales.
El proyecto Altiplano Resiliente es implementado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el MAGA, el INAB, y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
Además de la UICN, Altiplano Resiliente cuenta con la colaboración de la Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en Guatemala (FCG) y la Universidad Rafael Landívar (URL), gracias a fondos provenientes del GCF (Green Climate Fund) y la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA).