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La PreCOP25 de cambio climático celebrada el pasado 8-10 de octubre en San José fue la primera donde se alcanzó equidad de género, lo cual se reflejó no sólo en los eventos plenarios sino en la apertura a espacios para que las lideresas pudieran expresar sus necesidades y compartir el trabajo que ya están haciendo en sus hogares, comunidades, ciudades y, también, foros globales como este.

UICN y 5C Mujeres organizaron el evento paralelo “Gobernanza y acción climática territorial para la adaptación al cambio climático: el rol de las organizaciones de mujeres y del enfoque de género”, donde el Director del Centro de Derecho Ambiental de la UICN puso en contexto la gobernanza, el enfoque de adaptación basada en ecosistemas y las organizaciones de mujeres para lograr los objetivos globales, reconociéndoles su necesario protagonismo y la fuerza con la que luchan por hacer cambios reales y tangibles. Seguido, Julio Montes de Oca, de la Oficina Regional para México, América Central y el Caribe de UICN expuso algunas herramientas para la adaptación basada en ecosistemas y Lorena Martínez, oficial legal de UICN dio una corta introducción a las condiciones habilitadoras de gobernanza para promover e implementar la adaptación al cambio climático.

Las lideresas Cristina Fallas, quien ha trabajo por desde los años 80 en el cantón de Sarapiquí al lado de mujeres rurales en la defensa de sus derechos; Alida Siguenza, miembra de la Junta Directiva de Upanacional, de la Red de Mujeres Mesoamericanas; Gerardina Pérez,  es VicePresidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Agroindustriales Rurales (ANAMAR); Sandra Armijo y Lucía Mahlich:  ambas coordinan la organización Mujeres Emprendedoras de Sámara; y Eva Carazo Vargas, miembra activa de la Red de Coordinación en Biodiversidad, Investigadora social del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo CICDE de la Universidad Estatal a Distancia, expusieron sus historias, aquello que las impulsó a movilizarse, compartieron las acciones que fueron realizando y los resultados que han alcanzado.

En definitiva, el motor de la sociedad está en las mujeres, aquellas que nos crían, nos enseñan valores, nos alimentan y nos guían. “Las mujeres no somos amas de casa, somos gerentes del hogar” y las mujeres organizadas no tienen límites. Al finalizar se hizo un llamado para eliminar las barreras que aún dificultan la plena participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones, en la gestión de los recursos naturales, la acción climática y, en general, para alcanzar la equidad de género.

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